Por eso es tan importante cuidarlos desde edades tempranas, así como seguir las revisiones recomendadas y no someternos a ruidos intensos. De este modo evitaremos problemas auditivos e infecciones, consideradas la segunda causa de pérdida de la audición.
Aunque cada vez son más las personas jóvenes que tienen disminución auditiva, los mayores de 55 años son el sector más afectado.
Los especialistas recuerdan que la pérdida auditiva conduce a un progresivo aislamiento, al abandono de pasatiempos y a cambios de hábitos. Además, hay que recordar que, en muchos casos, la pérdida de audición relacionada con la edad puede ser hereditaria.
Por eso, acudir a revisiones periódicas puede prevenir la pérdida auditiva o evitar que se agrave si ya se ha manifestado. ¡La detección oportuna es clave cuando hablamos de prevención!