El sistema vestibular está formado por elementos del oído interno y del cerebro que se encargan, entre otras funciones, del control del equilibrio. Por eso, cuando se producen enfermedades o lesiones que afectan a este sistema, se manifiestan habitualmente en forma de vértigos, lo que se consideran como vértigos episódicos.
La migraña vestibular es una de las afecciones más comunes relacionadas con el sistema vestibular, compuesto por partes del oído interno y del cerebro. Este sistema es el encargado de procesar la información sensorial a través de la cual se controla, por ejemplo, el equilibrio. Debido a las funciones del sistema vestibular, la condición conocida como migraña vestibular se asocia comúnmente a cefaleas, es decir, dolores intensos de cabeza, con vértigos. Esta sensación de inestabilidad o mareo puede constituir vértigos episódicos.
Los dolores de cabeza con vértigos episódicos son la manifestación más habitual de las migrañas vestibulares. La combinación y la interrelación entre ambos síntomas es lo que comúnmente determina el diagnóstico de la migraña vestibular. En algunos casos, pueden aparecer síntomas auditivos, desde la pérdida transitoria de audición hasta el tinnitus. Otros síntomas relacionados son la fotofobia o la fonofobia y las auras visuales.
El síndrome de Ménière también es un trastorno vestibular, en este caso, producido por el exceso de líquido en el oído interno y que presenta síntomas muy similares a los de la migraña vestibular; por eso, pueden producirse algunas confusiones entre ambas afecciones. La laberintitis y la neuritis vestibular también remiten a un problema en el sistema vestibular, aunque en el caso de estas dos dolencias tienen que ver con infecciones e inflamaciones. Otros tipos de vértigos, mareos y faltas de equilibrio también están relacionados con trastornos en el sistema vestibular.
La causa de la migraña vestibular se asocia a un trastorno en el sistema vestibular, pero puede tener diversos desencadenantes. El origen de este trastorno, que afecta la transmisión y la interpretación de la información sensorial relacionada con el equilibrio, se ha atribuido a causas relacionadas con infecciones del oído de origen físico, ambiental y hasta químico; además de trastornos del sueño que pueden tener incidencia en el sistema vestibular y también cambios alimenticios. Otros desencadenantes habituales pueden ser los cambios en el clima, el consumo de alcohol, las situaciones de estrés o los cambios hormonales.
Por lo general, la migraña vestibular se considera una afección infradiagnosticada, debido a la variada manifestación de sus síntomas y por la posible confusión con otros trastornos. El tratamiento se compone habitualmente de fármacos como los betabloqueantes, las benzodiacepinas y los antimigrañosos, al igual que de fármacos vasodilatadores como el calcio antagonista. Sin embargo, el tratamiento, además de farmacológico, puede incluir medidas higiénico-dietéticas, como el abandono del alcohol, la mejora del estrés emocional o mejorar los hábitos de sueño, como elementos para neutralizar los desencadenantes.
